Chile y Antártica

La presencia de un país en el Continente Antártico puede darse de muchas formas: investigación en ciencia y tecnología, actividades pesqueras, de transporte o turísticas, actividades de salvamento y rescate, y sin duda, mediante el establecimiento de bases, entre otras formas. Cabe destacar que no es posible ejercer soberanía o presencia en la Antártica a través de despliegue militar, ya que el artículo I del Tratado Antártico (1959, en vigor 1961) consagra que “la Antártica se utilizará exclusivamente para fines pacíficos. Se prohíbe, entre otras cosas, toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de armas.”

Lo anterior es de suma importancia para los países que son reclamantes de soberanía en el Sexto Continente, habiendo manifestado sus derechos antes de 1959, en virtud de lo planteado por artículo IV del Tratado Antártico. Esta norma señala que:

“1. Ninguna disposición del presente Tratado se interpretará:

(a) Como una renuncia, por cualquiera de las Partes Contratantes, a sus derechos de soberanía o a las reclamaciones territoriales en la Antártica, que hubiere hecho valer precedentemente;

(b) Como una renuncia o menoscabo, por cualquiera de las Partes Contratantes, a cualquier fundamento de reclamación de soberanía territorial en la Antártica que pudiera tener, ya sea como resultado de sus actividades o de las de sus nacionales en la Antártica, o por cualquier otro motivo;

(c) Como perjudicial a la posición de cualquiera de las Partes Contratantes, en lo concerniente a su reconocimiento o no reconocimiento del derecho de soberanía territorial, de una reclamación o de un fundamento de reclamación de soberanía territorial de cualquier otro Estado en la Antártica.

2. Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártica, ni para crear derechos de soberanía en esta región. No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártica, ni se ampliarán las reclamaciones anteriormente hechas valer, mientras el presente Tratado se halle en vigencia.”

 

En este sentido, el Tratado instaura una fórmula para suspender las controversias respecto a las reivindicaciones territoriales en el Continente Antártico. Se mantienen intactas las reclamaciones territoriales, sin que ello suponga el abandono o renuncia de las pretensiones, ni el reconocimiento de estas (Blanc, 1992:199). Además, en el inciso segundo el Tratado impone el compromiso de no efectuar nuevas reclamaciones ni ampliar las ya formuladas (Blanc, 1992: 200).

En virtud de los artículos anteriormente mencionados, se concluye que sin perjuicio del valor soberano que posee la presencia militar en la Antártica, en tanto representantes del Estado, en términos prácticos ella se enfoca en brindar apoyo operativo y logístico a la investigación científica, y así como a diversas actividades de cooperación internacional. Su labor es fundamental para el transporte de personal y equipos científicos, la organización de las expediciones, la búsqueda y rescate, y la mantención de las bases antárticas que servirán de asiento para las respectivas investigaciones.

Es importante recalcar que lo suspendido por el Tratado Antártico son las controversias sobre las reclamaciones soberanas existentes al año 1959, cuando se firmó el mismo. Pero que los Estados con derechos soberanos sobre porciones del Sexto Continente conservan tales derechos al amparo de dicho acuerdo.

Un hito muy relevante para los derechos soberanos de Chile en la Antártica aconteció el día 6 de noviembre de 1940, cuando se dictó el Decreto Supremo N°  1.747 del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREL), que fijó los límites del Territorio Chileno Antártico. Este decreto fue redactado por el profesor Julio Escudero Guzmán, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, quien no sólo tuvo presente antecedentes históricos o jurídicos, sino también razones científicas, entre las cuales se encuentran la continuidad y contigüidad geográfica, la similitud geofísica entre la Patagonia y la Antártica y la similitud glaciológica (Romero, 1985: 10). Finalmente, es necesario señalar que Chile no incorporó, propiamente tal, este sector antártico a su territorio, sino que este documento simplemente fijó los límites de un espacio que se poseía en virtud de antiguos, títulos jurídicos, diplomáticos y geográficos (Barros, 1983: 1).

En los años inmediatamente siguientes, el Estado chileno comenzó el proceso de establecimiento de bases en dicho territorio. Actualmente, Chile cuenta con más de diez bases y refugios permanentes y temporales distribuidos por todo el territorio antártico, entre ellas; la Base Prat, Base O´Higgins, Base Yelcho, Base Escudero, Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión, las cuales son importantísimas para la realización de las actividades en el Continente Antártico y se encuentran a cargo de las Fuerzas Armadas o del Instituto Antártico Chileno (INACH).

El día 18 de febrero del presente año, se conmemoró el aniversario 75° de la Base O´Higgins. Ésta fue fundada el año 1948, siendo la base chilena que más tiempo ha funcionado de manera ininterrumpida desde su fundación.

La inauguración de esta base se convirtió en uno de los hechos más relevantes en la historia chilena antártica, puesto que contó con la presencia del presidente Gabriel González Videla, quien fue el primer mandatario del mundo en pisar el Sexto Continente (Romero, 1985: 10). En el acta inaugural de esta base se señala que: «Como una manifestación más de pleno y efectivo ejercicio de la soberanía de la República de Chile sobre la sección del territorio nacional, cuyos límites fueron señalados por el Decreto Supremo N° 1.747, de fecha 6de noviembre de 1940, del Ministerio de Relaciones Exteriores, a las 11 :00 horas del día 18 de febrero de 1948, yo Gabriel González Videla, Presidente de la República (…) inauguro oficialmente en la Tierra de O’Higgins, situada en Territorio Chileno Antártico, a los 63°10,1 minutos de latitud sur y a los 56°54,7 minutos de longitud oeste de Greenwich, el establecimiento militar que se denominará «General Bernardo O’Higgins».[1]

Se trata de una base que permanece habitada durante todo el año, pudiendo albergar hasta 40 personas en verano. Se encuentra ubicada en la Península Antártica y es operada por el Ejército de Chile. Está cuenta con equipamiento científico que puede ser utilizado por quienes realicen expediciones al Continente Antártico con esos fines.

Otras instalaciones chilenas en la Antártica también conmemoraron aniversarios durante el mes de febrero.

Una de ellas, es la primera base chilena que se fundó en el territorio, la Base Prat, que conmemoró 76 años de existencia. En enero del año 1947 zarpó del puerto de Valparaíso la Primera Expedición Antártica Chilena, que tenía como misión la instalación de la primera base antártica chilena. El día 6 de febrero de 1947 se inauguró la Estación Meteorológica y Radiotelegráfica Soberanía, que fue el primer nombre que recibió. Al año siguiente, se le dio su nombre actual, Base Prat, como homenaje a Arturo Prat.

Esta base operó de manera ininterrumpida hasta el año 2004, cuando se le dio un cierre temporal. Posteriormente, en marzo de 2008 se reabrió con carácter permanente. Se trata de una base que es operada por la Armada de Chile, en convenio con el INACH y la Intendencia de Magallanes, la cual puede llegar a albergar hasta 25 personas en verano.

La segunda base es la Base Yelcho, la cual celebró 61 años desde su fundación el día 18 de febrero de 1962. Esta se encuentra ubicada en la Isla Doumer y recibe su nombre en honor a la nave que comandada por el Piloto Luis Pardo Villalón qué rescató a los náufragos del barco –Endurance- de la expedición de Sir Ernest Shackleton en agosto de 1916.

Fue administrada inicialmente por la Armada de Chile y cedida a INACH en el año 1986, siendo una de las tres bases que esta institución opera en la Antártica. Cesó sus actividades entre los 1998 a 2015, año en que fue reabierta. La base Yelcho opera durante el verano, con capacidad para 22 personas, y se considera un punto estratégico para el desarrollo de la ciencia antártica, particularmente para estudios marinos y oceanográficos.[2]

Por último, el día 5 de febrero se cumplieron 28 años de la inauguración de la Base Escudero, inaugurada en el año 1995. Esta se encuentra ubicada en la Isla Rey Jorge y recibe su nombre en honor al destacado profesor y jurista chileno, Julio Escudero, quién redactó el Decreto Supremo N° 1.747, antes mencionado.

La base Escudero depende de INACH y es la plataforma científica más grande que tiene el país en el Sexto Continente, contando con una diversidad de laboratorios y capacidad de apoyo marítimo. Al momento de su inauguración, tenía capacidad para ocho personas. Actualmente, puede llegar a albergar a más de 50 personas.[3]

A modo de conclusión, la presencia material y efectiva del Estado de Chile en el Continente Antártico a través del establecimiento de bases se manifiesta desde 1947 con la Base Soberanía (actual Base Prat) y de manera initerrumpida desde hace 75 años a contar del establecimiento de la Base O´Higgins en 1948. Tanto esta base, como las demás nombradas han sido utilizadas por miles de personas para la investigación científica, y a su vez, la defensa de los intereses soberanos de Chile. Es importante que estas puedan seguir siendo remodeladas, actualizadas y mantenidas en las condiciones más optimas posibles para que puedan seguir prestando una labor relevante en la Antártica.

 

Bibliografía

BARROS, Guillermo (1983). “Derechos de Chile en la Antártica”. Revista Marina.

BLANC, Antonio (1992). “El Patrimonio Común de la Humanidad: Hacia un Régimen Jurídico Internacional para su gestión”. Bosch, Casa Editorial, Barcelona.

ROMERO, Pedro (1985). Síntesis de la historia antártica de Chile. Instituto de Investigaciones del Patrimonio Territorial de Chile de la Universidad de Santiago. Editorial Universitaria. Santiago.

 


[1] Léase más en: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:149077

[2] INACH (2023). 61 años cumplió la Base Yelcho, importante plataforma para el desarrollo de los estudios de ecología marina y oceanografía en la Antártica. https://www.inach.cl/inach/?p=33319 [Consulta: 25.02.23]

[3] INACH (2023). Escudero, la mayor base científica en la Antártica cumplió 28 años. https://www.inach.cl/inach/?p=33283 [Consulta: 25.02.23]