- Introducción
La bioprospección es la actividad que ha permitido el acercamiento de la Antártica a todos nosotros como consumidores. En la actualidad, gracias a ella, podemos encontrar diversos productos en base a material biológico antártico en el mercado, los cuales han innovado inimaginablemente en la industria farmacéutica, agrícola, cosmetológica, entre otras. Por este motivo, la Antártica se ha convertido en una promesa para la humanidad, como la eventual respuesta a los distintos desafíos mundiales. Por lo mismo, ella constituye un foco de interés creciente para la comunidad internacional, pero la regulación de esta actividad sigue sin resolverse y por ello, queremos responder las principales interrogantes sobre la materia.
- ¿Qué entendemos por bioprospección?
Antes que todo, debemos advertir que no existe un concepto único, ya que éste podrá ser más amplio o restrictivo dependiendo de los actores involucrados, del país y de su contexto. Sin embargo, todas las definiciones coinciden en que es la actividad de exploración científica dedicada a buscar algo útil en la naturaleza, pudiendo contribuir fundamentalmente a la ciencia, pero cuyo fin último es la comercialización del producto final.
Es así que, debido a los avances en la industria biotecnológica, la bioprospección se desarrolla en diferentes partes del mundo, en especial en aquellas zonas extremas como la Antártica, la cual tiene como principales usuarios a la industria farmacéutica y de tecnología médica (23%); la industria de alimentos y bebidas (20%); la biología molecular y la biotecnología (18%); los usos industriales (12%); el procesamiento químico (11%); los cosméticos y el cuidado personal (6%); la acuicultura y la agricultura (6%); las colecciones o bibliotecas de cultivos (3%); y la remediación ambiental (1%)[1].
- ¿Cuál es la importancia de la bioprospección antártica?
Las investigaciones científicas han centrado su interés en la Antártica por dos razones principalmente. Primero, está la falta de conocimiento sobre la biodiversidad antártica, lo que abre paso al descubrimiento de nuevos organismos potenciales para el uso biotecnológico. Segundo, sus condiciones extremas conformadas por las bajas temperaturas y la extrema aridez y salinidad, otorgan propiedades únicas de supervivencia a los organismos que conforman su biodiversidad, las que se han desarrollado por la evolución de una interesante gama de adaptaciones fisiológicas (Lohan y Johnston, 2005: 5).
Tales características han incentivado el auge de la bioprospección en la Antártica, lo cual podemos corroborar con cifras otorgadas por los autores Lohan y Jonhston (2005: 5), según los cuales, “entre 1988 y 1989 existía una sola patente de invención procedente de la bioprospección antártica, mientras que para enero del 2013 la página web www.bioprospector.orgwww.bioprospector.org registra 185 patentes”.
No obstante, la bioprospección no solo es un tema de interés científico, sino que es transversal al sector económico, social, ético y político, según exponen Gómez, Morán y Méndez (2014: 6). De esta forma, su análisis debemos contextualizarlo dentro de los actuales desafíos que enfrenta la Humanidad, como la escasez de recursos, especialmente la disponibilidad de alimentos frente a una población en crecimiento, la lucha contra nuevas enfermedades y la necesidad de atenuar la contaminación ambiental. Ante dichas dificultades, se ha hecho imprescindible expandir el campo de investigación en busca de recursos inexplorados, lo que convierte a la Antártica en la nueva promesa para la Humanidad.
Siguiendo la idea anterior, podemos señalar que, bajo la óptica económica, la bioprospección constituye una actividad destinada a desarrollar y posicionar bienes y servicios en el mercado nacional e internacional, además de brindar la posibilidad de obtenerlos a un bajo costo y de forma amigable con el medioambiente.
De acuerdo a la perspectiva social, la bioprospección atiende a la necesidad de disminuir la inequidad y reafirmar las vías que propendan a alcanzar un mejor nivel de vida de la población mundial. De esta manera, ella otorga innovadoras alternativas de productos, con mayor eficiencia y/o con menor impacto medioambiental.
En tanto, el cariz ético apunta al cumplimiento de los estándares establecidos principalmente en el Tratado Antártico, en el cual las naciones acordaron que la Antártica sería un área para la paz, la ciencia y el libre intercambio de información (Cunningham-Hale, 2017: 6). Sin embargo, la falta regulación da lugar para posibles conflictos, como un “considerable debate sobre quién, si alguien, tiene el derecho a beneficiarse sobre la utilización de la biodiversidad o los componentes de la biodiversidad” (Rogan-Finnemore, 2005: 6).
Por último, en lo político, cabe considerar hasta qué punto la bioprospección antártica sería una actividad que permite fomentar la participación comunitaria y democrática de los diferentes sectores que participan en ella.
- ¿Cuáles son los aspectos relevantes a definir?
Como adelantamos, existe un vacío jurídico sobre la regulación de la bioprospección antártica, incluso es un término que no ha sido acogido en otros instrumentos legales internacionales, por lo cual presentamos dos temas importantes a determinar.
- Impacto ambiental de la bioprospección antártica
En principio, la falta de normativa expresa generaría un riesgo a nivel medioambiental, agravado por el incremento de actividad humana en razón de la bioprospección. No obstante, cabe señalar que el profesor Graham (2005: 66-67) sostiene que los problemas asociados con la bioprospección antártica son bastante parecidos a los de cualquier otra actividad de tipo científico u otro, por lo que no conllevaría un riesgo adicional que no se haya previsto normativamente.
En el mismo sentido, en las deliberaciones en la XXVI RCTA (Madrid, 2003), varios Estados miembros indicaron que el impacto ambiental de la bioprospección antártica sería mínimo y estaría acorde a los estándares que exige el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medioambiente (Informe final, XXVI RCTA, párr. 175). Sin embargo, han pasado diecisiete años desde entonces, por lo que cabría discutir si tal marco regulatorio continúa siendo suficiente o requiere un trabajo adicional considerando el incremento exponencial de la bioprospección en el Sexto Continente.
- Forma de regular el acceso y distribución de beneficios de los recursos genéticos
Durante la última década algunos Estados han diseñado regímenes jurídicos tentativos, en ejercicio de su soberanía, sobre el control de los recursos genéticos, con el objeto de convencer a los investigadores de participar de aquellos acuerdos de distribución de beneficios. En general, la obligación contenida en estos acuerdos es la de intercambiar información y/o beneficios comerciales entre las partes, y correlativamente la obligación de discrecionalidad respecto de terceros (Graham, 2005: 58-59).
De estos instrumentos, podemos mencionar las Directrices de Bonn sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios Provenientes de su Utilización, pues son una propuesta interesante en la materia, al buscar disminuir las brechas entre países desarrollados y subdesarrollados, además de contribuir a la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica. Por consiguiente, sería conveniente considerar lo que en ellas se indica en relación a la distribución de beneficios de la bioprospección antártica, en cuanto señalan que “deberían distribuirse de forma justa y equitativa los beneficios entre todos los que han sido identificados como contribuyentes a la gestión de los recursos, y al proceso científico y/o comercial (…). Los beneficios deberían encauzarse de tal modo que promuevan la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica” (artículo 48, Directrices de Bonn).
Enseguida, están las propuestas adoptadas por los Grupos Internacionales de Diversidad Biológica Cooperativa (ICBG) para la distribución de beneficios. Éstas contemplan contratos en los que se distribuyen las regalías de las ventas de productos elaborados a partir de recursos genéticos de la siguiente manera: “‘participación para el recolector’ (5%), una ‘participación para los inventores’ (en este caso la participación del 45% se divide entre todos los inventores designados) y una ‘participación para la conservación’ que se estipula que se destinará el 50% de las regalías a un fondo para la promoción de la conservación” (Timmermann et al., citado por Ten Kate y Laird, 2004: 21).
Por consiguiente, al no existir regulación expresa sobre la bioprospección antártica, podríamos recurrir a instrumentos internacionales que puedan adaptarse para ello, como los mencionados anteriormente. Lo cual no obsta a su previa adaptación para configurar un marco jurídico apropiado a la naturaleza de esta actividad, a fin de que incentive la colaboración entre los Estados parte y el libre intercambio de información dentro del marco del Sistema del Tratado Antártico.
Bibliografía
CUNNINGHAM-HALE, Peggy. Why is the regulation of bioprospecting in Antarctica lacking and what could the future hold?. Cristchurch: Universidad de Canterbury, 2017.
GRAHAM, Alistair. “Environmental, Ethical and Equity Issues”. En Antarctic Bioprospecting, editado por Alan D. Hemmings y Michelle Rogan-Finnemore, 41-68. Christchurch: Gateway Antarctica Special Publication (Universidad de Canterbury), 2005.
GÓMEZ, Laura., MORÁN, Enoc, y MÉNDEZ, José Ángel. “Bioprospección y sustentabilidad participativa: una mirada desde el Derecho de la Biodiversidad”. Revista Ciencia jurídica (Universidad de Colima), nº 5 (2014): 5-22.
LOHAN, Dagmar y JOHNSTON, Sam. Bioprospecting in Antarctica. Yokohama: UNU-IAS, 2005. https://www.cbd.int/financial/bensharing/g-absantarctic.pdf
ROGAN-FINNEMORE, Michelle, ed. “Setting the scene”. En Antarctic Bioprospecting editado en conjunto con Alan D. Hemmings, 1-9. Christchurch: Gateway Antarctica Special Publication (Universidad de Canterbury), 2005.
TEN KATE, Kerry y LAIRD, Sarah A. “Los acuerdos de bioprospección y la distribución de beneficios a las comunidades locales”. En El conocimiento de la gente pobre editado por J. Michael Finger y Philip Schuler, 133-158. Washington, DC: World Bank, 2003.
[1] Bélgica, “Actualización sobre la prospección biológica en la Antártida, incluida la creación de la Base de Datos sobre la Prospección Biológica en la Antártida”, WP 11, XXXI RCTA (Kiev, 2008): 7.