Gobernanza internacional

A más de 15.000 km de distancia de la Antártica, con una superficie comparable a la de la Región de Coquimbo y una población total que no alcanza a igualar a aquella de Santiago, Suiza es un país profundamente comprometido con la ciencia y sus investigadores son algunos de los líderes en materia de ciencia polar. Su geografía montañosa y cubierta de glaciares, hielo y nieve ha llamado la atención de un gran número de expertos en ciencia de alturas, quienes son un aporte para la investigación de climas extremos.

Se espera que el descongelamiento del permafrost, glaciares y hielo marino va a tener serias y duraderas consecuencias tanto para economías locales como para la geopolítica global. La importancia de la investigación en esta materia en el contexto de grandes altitudes – y latitudes – ha concitado el interés de Suiza desde principios del siglo XX. Concediendo con la adopción del Protocolo de Protección al Medioambiente el año 1991, Suiza se hizo parte del Tratado Antártico (TA). Además, el país helvético ostenta la calidad de Observador en el Consejo Ártico desde 2017, solidificando así su posición como un actor relevante en estas materias.

Ya en 1912, el meteorólogo e investigador Alfred de Quervain lideraba el equipo que atravesó por primera vez la capa de hielo de Groenlandia de oeste a este. Por su parte, el glaciar Mertz, en la Antártica Oriental, lleva el nombre del investigador suizo Dr. Xavier Mertz. Más tarde, en 1990 el Instituto Federal Suizo para la Investigación de los Bosques, la Nieve y el Paisaje, creó la estación de investigación «Swiss Camp» en el oeste de Groenlandia, tristemente desmantelada el 2021. Luego, con el objetivo de estudiar los polos de la Tierra y medioambientes extremos, en 2016 se creó el “Instituto Polar Suizo” (IPS). La primera expedición organizada por el IPS fue la llamada Expedición de Circunnavegación Antártica. Este ambicioso proyecto se convirtió en la primera expedición científica en navegar completamente alrededor del continente antártico a finales de 2016. Contó con la participación de más de 50 investigadores de todo el mundo, 22 proyectos de investigación abarcando temas como por ejemplo glaciología, climatología, biología y oceanografía. El 2018, la ciudad de Davos fue la sede de la XXXV Conferencia Científica Bianual de SCAR y de la Cumbre Científica del Ártico.

El IPS destaca también en otro aspecto. Es un ejemplo claro de la falta de intervención del Estado en la investigación científica. Efectivamente, se trata de investigadores suizos quienes fundaron y lideran el Instituto y no, como ocurre comúnmente, el Estado que destina fondos públicos para crear una institución de Derecho Público. Esta particularidad implica que el Gobierno de Suiza le otorga a este tipo de instituciones la libertad para decidir, sobre la base de sus experiencias y fortalezas, qué dirección deben tomar. De esta manera, la administración se ocupa de estimular la competencia y proveer las condiciones favorables para generar investigación científica independiente y de calidad, en lugar de crear la institucionalidad desde el sector público.

Es así como el IPS ha definido los siguientes temas prioritarios para el corto y mediano plazo: la criósfera en el tiempo; el vínculo entre el carbono el nitrógeno y el agua; funciones de la biodiversidad y el ecosistema; y la tecnología en ambientes extremos. De igual manera y para el mismo periodo, han fijado metas de gran envergadura como por ejemplo mejorar el intercambio científico, ofrecer educación especializada, actualizar el sistema de administración de datos, financiar proyectos e investigaciones en terreno y organizar expediciones. Este enfoque bottom-up, donde es la comunidad científica la que empuja el desarrollo de investigación en los polos tiene sin dudas distintas fortalezas. Sin embargo, adolece potencialmente de un problema crucial para las pretensiones del país en la Antártica.

Las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico (RCTA), consagradas en el Artículo IX.2 del TA, son un organismo de gobernanza que reúne a los Estados Parte y que sirve de foro para la cooperación internacional, el intercambio de información, y para recomendar medidas concretas a ser adoptadas por la ley doméstica de cada nación. De esta manera, una RCTA es asimilable a “una institución de membresía limitada que ejerce funciones importantes, las cuales son centrales para el trabajo de la organización” (Watts 1992, 14). Mientras que los 12 Estados que suscribieron el TA originalmente tienen el derecho permanente de asistir a las reuniones, aquellos Estados que han adherido posteriormente al TA pueden nombrar representantes para participar en las reuniones en la medida que demuestran su interés en la Antártica mediante la realización de “investigaciones científicas importantes”. A los Estados signatarios más a los adherentes que se les ha reconocido este derecho se les conoce como Partes Consultivas. Por el contrario, aquellos países adherentes a quienes no se les ha permitido participar en los procesos de toma de decisiones son Partes no Consultivas.

Ya en 2002, durante una entrevista a la entonces Jefa de la Dirección de Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Suiza, Evelyne Gerber, señaló que “es nuestra intención [de Suiza] convertirnos en Miembros Consultivos… una vez que hayamos postulado para la membresía tenemos que definir un programa nacional para hacer investigaciones de fondo. También tenemos que ratificar el Protocolo sobre la Protección del Medioambiente en la Antártica”. Para calificar como Parte Consultiva, el Estado adherente debe demostrar que observa los principios del TA y que cumple con el requisito del Artículo IX.2.

Este es precisamente el problema que Suiza debe sortear, pues debe demostrar que realiza investigaciones científicas sustanciales en la Antártica para ser considerado – con el acuerdo de las actuales Partes Consultivas – como un Estado Parte con derecho a nombrar representantes para las RCTA. El Artículo IX.2 cita a modo de ejemplo el establecimiento de una estación científica o el envío de una expedición científica como evidencia del compromiso con los fines del TA.

Por lo demás, el prospecto de Suiza como Parte Consultiva es doblemente particular. Por un lado, aunque no ha sido óbice para la producción de investigación del más alto nivel en la zona, Suiza no cuenta con una base permanente en Antártica. Por el otro, un organismo no-gubernamental – el IPS – es el que organiza constantemente las expediciones al continente extremo. De tal manera, para el período 2021 – 2022 el IPS ya ha solicitado autorización para cuatro expediciones distintas.

La crítica que ha recibido este mecanismo de gobernanza viene principalmente de actores que consideran que la Antártica es parte del patrimonio común de la humanidad y que, por lo tanto, el número limitado de Estados que gobiernan su administración no es representativo de la comunidad internacional (Pannatier 2017, 126). Sin embargo, la ciencia es parte del origen del TA (Gould 2015, 5–10) y permanece como la principal actividad en el continente. Por lo tanto, es natural que el acceso a la toma de decisiones continúe en manos de quienes tienen un interés y conocimiento directo de la Antártica (Conforti 1987). Más aún, esta fórmula ha permitido contar con un sistema de gobernanza estable por más de 60 años.

Por otra parte, hay quienes han sugerido un cambio en la interpretación del Artículo IX.2, reconociendo que la investigación antártica ya no requiere necesariamente el establecimiento de una base o estación de investigación. Muchas veces, incluso, el establecimiento de una base puede tener impactos medioambientales y no siempre producir resultados científicos significativos. Ampliar los criterios para adquirir el estatus de Consultivo podría servir para reflejar de mejor manera los actores que efectivamente contribuyen al desarrollo de la ciencia en la región. Un estudio publicado en 2016 por la revista Polar Research midió los niveles de “cantidad de producción científica» y »enfoque nacional en la ciencia antártica» para entender la actividad científica antártica de un país en su contexto (Gray y Hughes 2016). Los autores encontraron que la cantidad promedio de publicaciones en un periodo de cinco años era de 397 artículos y el enfoque nacional promedio de 0.181%. Puesto en contexto, República Checa, Parte Consultiva desde 2014, produjo 153 publicaciones científicas y un enfoque nacional de 0.149%. Sin embargo, países como Canadá, Dinamarca y Suiza tuvieron mejores resultados en ambas mediciones (Gray y Hughes 2016, 9). Los resultados de este estudio no son concluyentes. Sin embargo, ellos sugieren que una interpretación menos restrictiva del criterio contenido en el Artículo IX.2 para determinar qué Parte tiene derecho a participar en los procesos de toma de decisiones, podría contribuir a incorporar otros elementos, igualmente relevantes.

Con todo, el obstáculo más grande para Suiza en su camino hacia convertirse en Parte Consultiva no es la falta de bases permanentes o de una institucionalidad gubernamental. Su mayor dificultad es que hasta el día de hoy no se ha hecho parte del Protocolo Medioambiental, lo que es esencial para demostrar un compromiso inequívoco con los principios que informan el Sistema del Tratado Antártico.

Como se puede apreciar, este país ubicado en el corazón de Europa es mucho más que la cuna mundial del chocolate, los relojes y el fondue. Sin embargo, su camino hacia convertirse en un país verdaderamente antártico deberá superar varios desafíos para demostrar su compromiso con las disposiciones y principios que gobiernan el continente antártico.

 

Bibliografía

Conforti, Benedetto. 1987. “Introduction.” In International Law for Antarctica, edited by Francesco Francioni and Tulio Scovazzi, XIV, 1–3. Milan: Giufrre.

Gould, Laurence M. 2015. “Emergence of Antarctica: The Mythical Land.” Https://Doi.Org/10.1080/00963402.1970.11457865 26 (10): 5–10. https://doi.org/10.1080/00963402.1970.11457865.

Gray, Andrew D, and Kevin A Hughes. 2016. “Demonstration of ‘Substantial Research Activity’ to Acquire Consultative Status under the Antarctic Treaty.” https://doi.org/10.3402/polar.v35.34061.

Pannatier, Serge. 2017. “Acquisition of Consultative Status under the Antarctic Treaty.” Polar Record 30 (173): 123–29. https://doi.org/10.1017/S0032247400021331.

Watts, Arthur. 1992. International Law and the Antarctic Treaty System. Cambridge, UK: Grotius Publications Limited.

 

Fuentes externas

  1. https://www.fdfa.admin.ch/eda/en/fdfa/fdfa/aktuell/newsuebersicht/2021/10/xavier-mertz.html
  2. https://polarjournal.ch/en/2021/10/01/swiss-camp-greenland-the-end-of-an-era/
  3. https://spi-ace-expedition.ch/science-has-no-borders/
  4. https://www.swissinfo.ch
  5. https://swisspolar.ch