Chile y Antártica

Hemos analizado anteriormente diversos aspectos de la nueva Ley Antártica Chilena (Ley 21.255-2020), tales como la regulación de las actividades en la Antártica, su fiscalización o las posibles sanciones. En este artículo nos enfocaremos en el financiamiento de la actividad antártica nacional.

¿Es importante que el tema del financiamiento se tratara dentro de la nueva Ley Antártica Chilena? Por supuesto. Debido a que una buena gestión de recursos, en este caso económicos, es la base para desarrollar adecuadamente un proyecto, tal como la realización de actividades antárticas, así como para adquirir los bienes y servicios indispensables para cumplir con los objetivos fijados. La provisión de los recursos en la cantidad y forma apropiada es lo que hará posible aumentar la productividad científica o incrementar los niveles de innovación tecnológica. Además, con un financiamiento claro es más fácil planificar las actividades antárticas futuras y proyectarlas en el tiempo.

De forma general la nueva Ley Antártica Chilena consagra en su título IV el financiamiento de la actividad antártica nacional, estableciendo en su artículo 21 que “la Ley de Presupuestos del Sector Público deberá consultar anualmente recursos para financiar la actividad antártica nacional, de acuerdo a lo señalado en el Programa Antártico Nacional [… el que] será identificado anualmente de manera desagregada…”.

Esta es una innovación en dos sentidos. En primer lugar, garantiza de manera anual fondos para financiar la actividad antártica nacional, en coherencia con el Programa Antártico Nacional. Segundo, contempla como partida específica y desagregada la inversión en actividades antárticas, de manera que no dependa exclusivamente de la gestión de ministerios o gobiernos regionales, sino que se entienda como un esfuerzo nacional en ese sentido.

Otro punto a resaltar es la orientación del financiamiento. Al vincularse la entrega de recursos al Programa Antártico Nacional que haya aprobado el Consejo de Política Antártica, se estará dando continuidad a los proyectos y reforzando la Institucionalidad Antártica Chilena. Como se sabe, el Programa Antártico Nacional de cada año contempla un conjunto de tareas y actividades concretas que se han planificado para una determinada campaña antártica en cumplimiento del Plan Estratégico Antártico y de la Política Antártica Nacional.

El financiamiento está primordialmente dirigido a las actividades de los operadores antárticos estatales, en particular el Instituto Antártico Chileno (INACH), dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores (y a través de él a toda la comunidad científica), y las reparticiones antárticas de las Fuerzas Armadas, dependientes del Ministerio de Defensa Nacional. Esto es importante porque de alguna forma se reconoce el trabajo y la trayectoria que han tenido esas instituciones en el desarrollo de la cuestión antártica en Chile. Las Fuerzas Armadas en temas de apoyo operativo y logístico, seguridad, mantención de bases, etc., y el INACH en labores científicas y educativas. Ellas requieren contar con los recursos necesarios de manera más estable, simple y expresa, a fin de continuar con su labor y mejorar su desempeño.

Este reconocimiento legal para el financiamiento de la actividad antártica chilena no es una creación espontánea de los legisladores, recogiendo el interés que ha manifestado el Estado chileno en el último tiempo en relación con su quehacer antártico. Así, por ejemplo, podemos apreciar un aumento progresivo en el financiamiento del INACH. El año 2015 recibió por intermedio del Ministerio de Relaciones Exteriores, vía Ley de Presupuestos, la suma de $4.778.850.000; mientras que para el año 2019 aumentó a $6.170.497.000. Esto significa un incremento del 30% en cuatro años (Direccion de Presupuestos, 2019).

Esto es fundamental, ya que le ha permitido llevar adelante diversos proyectos, tales como, la Feria Antártica Escolar, la Plataforma Antártica, los concursos de proyectos científicos, e incrementar la cooperación internacional. Todo ello ha repercutido a su vez en el desarrollo de la ciencia y de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena. De hecho, en conformidad a datos del año 2016, la ciencia y logística antártica generaron un aporte cercano a los $21.000 millones de pesos al Producto Interno Bruto regional (Ferrer, 2016).

Sin embargo, si comparamos el financiamiento chileno a la actividad antártica con la experiencia de otros países, tenemos todavía un largo camino que recorrer. Australia, por ejemplo, siguiendo su Estrategia Antártica Australiana, cuenta con un presupuesto $25 millones de dólares para la investigación científica, centrado en el clima y los ecosistemas antárticos. Por su parte, Reino Unido, en su programa UK Science in Antártica 2014 destinó más de $200 millones de libras esterlinas para la investigación acerca del impacto climático y la biodiversidad del territorio antártico (Abujatum, 2018).

Como podemos apreciar, las inversiones y recursos destinados a la actividad antártica nacional aún están lejos de los estándares internacionales de las principales potencias antárticas, entre las que nos queremos contar. Sin embargo, el presupuesto chileno ha crecido en el último tiempo y probablemente lo seguirá haciendo. Ello permite calificar a nuestro programa como de tamaño medio en el concierto mundial, pero con una alta eficiencia y productividad, lo que se ve además facilitado por nuestra cercanía al Sexto Continente (Ferrer, 2016).

En conclusión, podemos evidenciar un incremento sustantivo en el interés del Estado de Chile en las actividades antárticas, conforme demuestra la forma en que se aborda el financiamiento de tales actividades en la nueva Ley Antártica Chilena, Ley 21.255 (2020). En dicha norma se entrega estabilidad y continuidad al desarrollo de los objetivos de la Política Antártica Nacional, al vincular el financiamiento a los proyectos desarrollados para darles cumplimiento. Esto permite continuar promoviendo el desarrollo de la ciencia antártica y la consolidación  de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena como centro logístico internacional para el desarrollo de actividades en la Antártica. Cabe recalcar que aún estamos lejos en materia de financiamiento antártico de las principales potencias a nivel mundial, pero la dictación de esta ley y el funcionamiento de la Institucionalidad Antártica nos muestra que Chile continúa por un buen camino.

 

 

Bibliografía

 

Abujatum, J. (Agosto de 2018). Inversiones en territorio Antártico en la experiencia comparada . Obtenido de Biblioteca del Congreso Nacional de Chile: https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=repositorio/10221/26000/1/Inversiones_en_continente_Antartico_final.pdf

Dirección de Presupuestos. (Agosto de 2019). Evaluación y Control de Gestión. Obtenido de dipres.gob.cl: http://www.dipres.gob.cl/597/articles-194879_doc_pdf.pdf

Ferrer, C. (24 de Octubre de 2016). ¿Cuánto invierte Chile en la Antártica? Obtenido de Inach Web site: https://www.inach.cl/inach/?p=20529