Chile es uno de los países más vulnerables del mundo frente al cambio climático. Este fenómeno de carácter global impacta especialmente a los países que tienen alguno de los 9 “criterios de vulnerabilidad” establecidos por las Naciones Unidas, estando nuestro país afectado por 7 de estos:
- Zonas costeras bajas.
- Áreas con ecosistemas frágiles.
- Áreas áridas, semiáridas o boscosas.
- Áreas propensas a sequía y desertificación.
- Áreas urbanas con alta contaminación atmosférica.
- Áreas propensas a desastres debido a peligros naturales.
- Economía dependiente de productos intensivos en energía
Considerando aquello, el gobierno de nuestro país ha puesto en marcha el “Observatorio de Cambio Climático”, proyecto que busca transformar a Chile en un sensor global de cambio climático mediante la instalación de una red de sensores descentralizada de 8 mil kilómetros desde Visvirí en el norte hasta la Antártica por el sur, que permitirá recopilar información para la formulación de acciones de mitigación y adaptación necesarias para el futuro. Dicho proyecto fue anunciado durante el 56º Consejo de Política Antártica, y se encuentra liderado por el Ministerio de Ciencia con la colaboración de los Ministerios de Relaciones Exteriores y Medio Ambiente.
Para tales efectos, se hizo indispensable contar con una pieza clave: La Antártica.
El Sexto Continente es un agente global, cuyos cambios y transformaciones en su clima polar reflejan grandes consecuencias en distintos parámetros climáticos que definen la vida cotidiana de nuestro país, contribuyendo a aumentar dramáticamente la frecuencia con la que se presentan eventos extremos, como sequías, olas de calor, aluviones, entre otros. De esta forma, el territorio antártico se encuentran fuertemente teleconectados[1], convirtiendo a la Antártica en un regulador de muchos eventos climáticos que suceden a lo largo de Chile.
Ejemplos patentes de esto son los derretimientos de los glaciares y su contribución al alza del nivel del mar; el cómo una alta presión en el paso Drake desvió un potente río atmosférico en la zona central a fines de enero, causando lluvias torrenciales y aluviones en 2015; o cómo el profundo adelgazamiento de la capa de ozono durante la primavera de 2021 causó déficits de precipitaciones de más del 60% del verano de ese año en el sur de Chile.
Entonces, si bien lo que sucede en la Antártica puede tener efectos a nivel global, es correcto decir que Chile es un país altamente afectado no sólo debido a su cercanía geográfica con el continente, sino que además por los ya mencionados “criterios de vulnerabilidad”.
Por estos motivos resulta imperativo comprender la naturaleza de los eventos extremos, y para tales efectos la Antártica puede brindarnos las claves para estudiar, prevenir e incluso predecir futuros escenarios climáticos con potencial destructivo.
Las líneas de acción del proyecto contemplan:
1) La instalación de cinco sensores paramétricos que tendrán como eje las bases antárticas chilenas existentes, esqueleto troncal que contemplará 2.118 km lineales desde la Base Profesor Julio Escudero hasta la Estación Polar Conjunta Glaciar Unión (a solo 1.000 km del polo sur). El Instituto Chileno Antártico (INACH), organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, será el encargado en esta primera etapa.
2) Una estructura de gobernanza a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, que permitiría la interoperabilidad, estandarización de datos y su apertura a instituciones públicas, privadas e internacionales para que puedan dar un uso adecuado a los datos, además de contar con un equipo técnico especializado en su gestión.
3) Una red integrada para la observación de la Tierra, que constituirá el resto de la red integrada de sensores y datos a lo largo del territorio nacional, a los que se pretende sumar alianzas internacionales junto con las instituciones públicas y privadas que participen.
La instalación de los sensores tendrá un costo anual de $605 millones, $136 millones en estaciones meteorológicas, $70 millones en estaciones sismológicas, $31 millones en equipo profesional y $368 millones en logística. El valor total de instalación asciende a $1.815 millones los primeros tres años, mientras que el costo del programa a 10 años es de $4.577 millones, constituyendo una fuerte inversión pública que aprovechará las ventajas de nuestra única y variada geografía, además de nuestra presencia permanente en la Antártica, con miras a un futuro en donde se puedan tomar caminos eficaces en cuanto a modelos de desarrollo.
Esto convertirá al país en un líder de la obtención de datos de fenómenos climáticos y pionero en la comprensión del futuro, mientras que la Antártica se transformará en un auténtico sensor viviente que nos impulse para tomar decisiones climáticas respaldadas en información científica de calidad , tanto en nuestro país como ante la comunidad internacional.
Bibliografía
COP25, CHILE. Gobierno de Chile anuncia Observatorio de Cambio Climático, 2021.Disponible en: https://cop25.mma.gob.cl/gobierno-de-chile-anuncia-observatorio-de-cambio-climatico/
INACH. “Antártica como sensor del Cambio Climático. Red Latitudinal de Estaciones Paramétricas en Antártica”. Disponible en: https://express.adobe.com/page/28HdufxXiMoRt/
INACH (2019) Dr. Ricardo Jaña, glaciólogo, 2019. Teleconexiones físicas con la Antártica. Disponible en: https://www.inach.cl/inach/?p=25069
Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. “Observatorio de Cambio Climático. El proyecto que busca transformar a nuestro país en un sensor global de cambio climático”. Disponible en: https://www.minciencia.gob.cl/occ/
Ministerio de Relaciones Exteriores. “Anuncio fue hecho en el 56º Consejo de Política Antártica: Gobierno pone en marcha Observatorio de Cambio Climático”, 2021. Disponible en: https://www.minrel.gob.cl/noticias-anteriores/gobierno-pone-en-marcha-observatorio-de-cambio-climatico
Superintendencia del Medio Ambiente, 2022. “Chile se transforma en Sensor Global: Gobierno Presentó Plataforma del Observatorio de Cambio Climático”. Disponible en: https://portal.sma.gob.cl/index.php/2022/01/21/chile-se-transforma-en-sensor-global-gobierno-presento-plataforma-del-observatorio-de-cambio-climatico/
[1] El término “teleconexión” hace referencia a vínculos climáticos entre regiones separadas geográficamente, es decir, la existencia de variaciones climáticas que presentan una correlación significativa de las variables climatográficas entre un lugar base de referencia y otros puntos del planeta ubicados a grandes distancias (Dr. Ricardo Jaña, INACH, 2019).